¿EL CAMPO PARALIZARÁ EL PAÍS?

Esta pregunta se hace hoy el periódico El Mundo:

"¿El campo paralizará el país?
Hoy se cumple el plazo que Zapatero se dio para presentar medidas para los agricultores tras la manifestación que le hicieron el pasado noviembre. Fué, para sorpresa del gobierno, mucho más multitudinaria que la triste mani de Cándido Méndez e Ignacio Fernandez Toxo del pasado martes contra el pensionazo. El presidente de Asaja, Pedro Barato, reivindica que la renta de los agricultores ha bajado un 30% en la crisis, mientras sufren una subida de precios del 42% y el Gobierno ha iniciado una negociación para mejorar la financiación del sector, pero no ha concretado. El campo espera y ciudadin. Como suele advertir Barato a la ministra Espinoisa, unos miles de agricultores movilizados en Despeñaperros y otros en Tordesillas y se paraliza el transporte del país. Por cierto, que el Psoe acecha los créditos millonarios de Barato en Caja Castilla-La Mancha por si se le puede presionar."

Motivos tiene el campo para saltar, para explotar, nunca se había atravesado una situación igual, nunca en los últimos cuarenta años habia estado la agricultura y la ganadería en situación más lamentable, pero, paralelamente, nunca habían estado los agricultores más anestesiados. Las organizaciones agrarias movilizaron en noviembre quizá haciendole el juego al gobierno que, con promesas y falsedades, pretendía mantener la calma al menos hasta que acabara la presidencia interina de la UE por ZP, pero este gobierno tampoco tiene soluciones para el campo.
A la inexistente política agraria de este gobierno se suman las inclemencias climatológicas: la mitad de la cosecha de aceituna perdida, las siembras echadas a perder, inundaciones, heladas, el campo entero es zona catastrófica. Los agricultores han perdido los ahorros, las inversiones, las ilusiones hace años que se perdieron, los créditos van venciendo y no se pueden devolver, el que puede abandona, y el que sigue es porque no puede abandonar. Pero son muchos los agricultores y ganaderos que siguen confiando en sus dirigentes.