miércoles, 18 de agosto de 2010

AGRICULTURA, PRESENTE Y FUTURO

ATP, AFT, ATF


La agricultura en España ha dejado de ser, gracias a las lumbreras que nos gobiernan en Bruselas, Madrid y Toledo, una actividad estratégica y los Agricultores a Titulo Principal, los llamados “ATP” ya son solamente una especie prácticamente extinguida. Qué duda cabe que siguen existiendo personas en este `país que dedican su tiempo y los pocos ahorros que les quedan a la actividad agraria, pero la mayoría ya son gente desahuciada, en fase terminal, como esos enfermos que, agujereados de sondas y tubos, con la mascarilla de respiración asistida, miran a la pantalla del monitor sabiendo que el próximo puede ser el último bip.


Los Agricultores a Título Principal eran aquellos que tenían como actividad primordial la agraria y al menos el 50% de sus ingresos provenían de esta actividad. En los últimos años propusimos, dado el cariz que iba tomando el desastre agrario, que las siglas “ATP” pasaran a significar “Agricultores en Tratamiento Psicológico”, ya que, por el camino que iban las cosas del campo, los que nos dedicábamos a estos menesteres íbamos a necesitar de este tipo de tratamiento, cuando no de los puramente psiquiátricos.


Hoy día ya apenas hay ATPs porque el campo no da ingresos sino pérdidas, y ya casi nadie puede justificar que el 50% de su renta sea agraria, con lo que los ATP se han convertido en APT, es decir en Agricultores en Pérdidas Totales, o lo que es lo mismo en Agricultores en Fase Terminal (“AFT”). Y los que seguimos enganchados en esta actividad, porque no sabemos dejar de dar de comer a las cabras o las ovejas, porque continuamos echándole horas a las viñas y agua y productos a los melones y sembrando cereal a ver si hay suerte, sabemos que esto, si no se cambian las cosas, no tiene solución y que por el camino que vamos nos quedan dos cosechas. Sabemos que actualmente esta actividad económica está condenada a muerte, que entre la Unión Europea con su Política Agrícola Común, la PAC, y las Consejerías de Agricultura de este baile de Taifas, y con la cooperación necesaria de las Organizaciones Profesionales Agrarias, el futuro de la agricultura y la ganadería en España es ninguno.


A propósito de las OPAS son muchos los agricultores que piensan que el verdadero significado de estas siglas, al menos en cuanto a sus eternos dirigentes se refiere, es “Organización de Parásitos de los Agricultores”, ya que, como las garrapatas engordan más cuanto más enflaquecida está la víctima.


Los AFT, Agricultores en Fase Terminal, sabemos que trabajamos para perder, que el precio de la cebada no cubrirá los costes del cultivo, que la cosecha nos la pagarán como hace treinta años y que con cada kilo de uvas que llevamos a la bodega echamos a la tolva a fondo perdido quince céntimos de euro de nuestro bolsillo. Los ganaderos en fase terminal saben que es preferible matar los chotos y los borregos cuando nacen porque cuesta más el pienso que el precio que les paga el del camión por un cordero ya criado.


Tal como están las cosas del campo hoy día, es imposible poder competir en precio con las producciones de los países ahora llamados “en desarrollo” teniendo que pagar jornales europeos, diez o veinte veces más caros que los que se pagan en otros continentes, y con la obligatoriedad de cumplir las estrictas normativas medioambientales y de sanidad animal y vegetal que exige la Unión Europea. Por eso son miles los agricultores y ganaderos que en los últimos años han abandonado la actividad. “Abandono de la actividad”, un eufemismo para enmascarar la cruda realidad: ruina total.


Por eso los que pueden, los grandes grupos con fuerte estructura económica, financiera y comercial, han cruzado el estrecho o se han instalado en Sudamérica y prefieren pagar unos céntimos de euro mas por kilo de portes y unos cientos de euros menos por salarios y colocar, ganando dinero, los productos en Europa a unos precios imposibles para quienes persisten en realizar esta actividad en España.


Vivir en España de la actividad agropecuaria con las estructuras y políticas agrarias actuales es prácticamente imposible, sin embargo la agricultura es una actividad que el ser humano viene desarrollando desde hace más de 12.000 años, la actividad humana que más ha contribuido al progreso de la sociedad, gracias a ella hoy se podrían alimentar sin problemas los 6.000 millones de personas que habitan este planeta, y gracias a ella se podrán alimentar dentro de 20 años los 9.000 millones que probablemente lo habiten. Ante esta perspectiva no podemos quedarnos con lo de “Agricultura en Fase Terminal” (AFT), es necesario darle una vez más vuelta a las siglas y colocarlas de forma que signifiquen AGRICULTURA con TOTAL FUTURO (ATF), porque hoy, más que nunca, es necesario volver a poner en valor la actividad agraria, es necesario cambiar las estructuras, las políticas agrarias, los manejos, los sistemas de comercialización de los productos agropecuarios, etc., porque para una sociedad que va camino de pasar de 6.000 a 9.000 millones de personas en pocos años, la alimentación es, ahora más que nunca, un asunto absolutamente estratégico.